Aprendizaje cooperativo

  Durante el curso 2011-2012 hemos comenzado a participar en el Seminario de Aprendizaje Cooperativo que ofrece el Berritzegune de Donostia (junto con el proyecto Parejas leyendo). Nuestra intención es integrar y sistematizar en nuestro trabajo estas nuevas formas de formarse y de trabajar en el futuro, nuevas y eficaces estructuras que pueden beneficiar a la educación del alumnado.

 
¿Qué nos ofrece el aprendizaje cooperativo?



     Las actividades organizadas de forma cooperativa refuerzan el aprendizaje de todos los contenidos, no sólo de la solidaridad, el apoyo mutuo, el respeto a los diferentes y otros valores, sino de contenidos más específicos de todos los ámbitos del currículo, y fomentan el aprendizaje de todos los alumnos y alumnas que participan en dichas actividades, no sólo de los que tienen dificultades para el aprendizaje, sino también de los que tienen mayor facilidad de aprendizaje, así como la participación activa de todos los alumnos y alumnas en las actividades Todo ello, sin duda, contribuye a crear un mejor «ambiente» para el aprendizaje de todos los alumnos, independientemente de las necesidades educativas de cada uno. Por otro lado, facilita la interacción entre los alumnos y establece una relación más estrecha y de mejor calidad entre ellos.

 

En educación se pueden distinguir tres tipos de estructuras de actuación: individualista, competitiva y cooperativa.
 
En la estructura individualista de la actividad, los alumnos trabajan individualmente, sin interactuar con sus compañeros para no perder su ritmo de trabajo y sin prestar atención a lo que hacen los demás; la única interacción es con el profesor, que es quien resuelve las dudas o problemas que surgen en los ejercicios. Se busca que los alumnos aprendan lo que el profesor enseña y ese objetivo lo consiguen individualmente. Es decir, que un alumno aprenda lo que le enseña no depende de lo que otros aprenden. El efecto que produce esta estructura o «movimiento» es la «individualidad» de los alumnos a la hora de aprender.



       También en la estructura competitiva de la actividad, los alumnos trabajan individualmente, pero en este caso centran su atención en lo que hacen sus compañeros, que compiten entre ellos para ver quién es el primero de la clase: si un alumno ve que su «competidor» está realizando el tercer ejercicio y que él sigue en el primero, se pone nervioso, teme «ganarle» . Se busca que los alumnos aprendan lo que el profesor enseña, antes que los demás, más que los demás… El efecto que esta estructura produce o el «movimiento» es la «competitividad» de los alumnos a la hora de aprender.

      Por el contrario, en la estructura cooperativa de la actividad, los alumnos están divididos en pequeños grupos de trabajo heterogéneos, para que coincidan en la realización de los ejercicios o del resto de actividades de aprendizaje. Se busca que cada alumno y alumna, además de aprender lo que enseña el profesor o profesora, contribuya al aprendizaje de sus compañeros y compañeras, es decir, que todos aprendan a trabajar en equipo. Los alumnos consiguen este doble objetivo si otros lo hacen. El efecto que produce esta estructura o «movimiento» es la «cooperatividad» de los alumnos a la hora de aprender.

      Así, la estructura cooperativa de la actividad lleva a los alumnos a trabajar unos con otros, a reconocerse y a ayudarse mutuamente durante el desarrollo de la actividad. Todo lo contrario ocurre en la estructura individualista de la actividad, en la que cada cual mira a su lado, sin tener en cuenta a los demás, y en la estructura competitiva de la actividad, en la que los alumnos compiten entre sí para ser los primeros en terminar el trabajo o los que mejor saben lo que les enseña el profesor, no se apoyan mutuamente, sino que se ocultan información o se reservan la forma de resolver una pregunta o un problema.

 



     
Por diversas razones, los alumnos con dificultades de aprendizaje tienen más posibilidades de ser atendidos mejor en un aula con estructura cooperativa que en un aula con estructura individualista o competitiva, por un lado porque los profesores tienen más tiempo para atenderlos y por otro porque cuentan con la colaboración de sus compañeros.